La Argentina atraviesa una coyuntura compleja en materia económica y social, con índices inflacionarios persistentes, pérdida del poder adquisitivo, caída generalizada del consumo y una significativa reducción de los recursos destinados a las provincias y municipios. Este panorama, que afecta tanto al área metropolitana como a las localidades del interior, no excluye a San José de Metán, donde la realidad no hace más que profundizar las dificultades cotidianas de sus habitantes. Así lo explicó el intendente José María Issa, quien brindó un análisis sobre el impacto que el contexto nacional tiene en la economía local y el bienestar social.
Enfatizó que la situación económica es de estrechez permanente para amplios sectores. “Hoy la gente que tiene un ingreso debe afrontar el pago de la tarjeta, la luz, el alquiler, y muchas veces se queda sin plata para lo básico”, afirmó, marcando el colapso del consumo interno. “No hay reactivación, y cada vez más familias recurren al uso extendido de la tarjeta de crédito para llegar a fin de mes”, agregó.
En un plano fiscal, el intendente reveló la caída de la coparticipación que afecta a todos los municipios salteños en torno al 22%, un dato que limita severamente la capacidad de las administraciones locales para responder a la emergencia social. Esta merma en los recursos llega en un contexto de inflación que Issa calificó de “mentirosa” y “disfrazada”, poniendo en evidencia la contradicción entre las estadísticas oficiales y la realidad del bolsillo. “El gobierno nacional anuncia una inflación anual del 1,6%, mientras que el combustible aumenta hasta un 2,5% por mes, y eso no cierra”, señaló.
El jefe comunal reconoció que los reclamos salariales de los trabajadores son legítimos, dados los aumentos desproporcionados de precios y la erosión del salario real. Sin embargo, vinculó esta situación con el ajuste fiscal impuesto desde Nación a las provincias: “La Nación le debe a Salta 170 mil millones de pesos y no ha asumido responsabilidad en la obra pública comprometida”. Ejemplificó esta desidia con la paralización de la ruta nacional 34 y de los Centros de Primera Infancia (CPI), reactivación que depende ahora exclusivamente de la provincia.
Issa denunció que sectores importantes de la sociedad sufren el impacto de estas políticas: “El incentivo docente fue eliminado por Nación y es la provincia la que está dando respuestas. A las personas con discapacidad les recortaron recursos en el Garrahan, mientras otros sectores no han sido beneficiados”. La crítica incluyó la gestión centralista del gobierno nacional, que según el intendente, concentra recursos sin reintegrar a las provincias lo que corresponde en concepto de coparticipación, agravando la desigualdad federal.
En materia de deuda pública, Issa sostuvo que: “La deuda externa ha aumentado con nuevos préstamos, pero esos fondos se destinan a pagar intereses, no a ayudar a la gente”. Este endeudamiento, advirtió, sostiene un esquema financiero que sacrifica la inversión social y productiva.
La crisis social que describe el intendente es palpable en el día a día. Destacó que “muchas familias no llegan siquiera al 15 del mes para poder pagar, ni cuentan con lo básico para alimentarse”. Advirtió sobre el cierre de comercios y la pérdida de puestos laborales, y criticó la “casta política” que beneficia a sectores privilegiados y desatiende a los que atraviesan dificultades.
Sobre el plano político, Issa expresó su preocupación por la polarización y la desconexión entre la dirigencia nacional y la realidad del interior. “Me interesa poco la pelea entre kirchnerismo y libertarios. La gente común no se entretiene con redes sociales ni programas de televisión, sino que lucha diariamente por llegar a fin de mes”, señaló, poniendo énfasis en la brecha existente entre el discurso político y las verdaderas necesidades de la población.
Asimismo, hizo un llamado a la necesidad de políticas públicas concretas y responsables, poniendo especial énfasis en la ausencia de un plan nacional de vivienda: “La gente pregunta por soluciones habitacionales y no podemos dar respuestas, porque no hay un plan vigente a nivel nacional”. Destacó que esta carencia agrava la precariedad y la falta de dignidad que sufren sectores vulnerables.
Para concluir, Issa pidió “un poco de cordura y sentido común” a las autoridades nacionales, enfatizando que la salida a la crisis requiere compromiso y presencia en el territorio. “Nosotros, los intendentes, somos los que tenemos que dar la cara y brindar respuestas reales a la gente”, afirmó.