Salta fue la primera provincia de la Argentina en cobrar a los extranjeros la atención médica que no sea de emergencia, a partir de abril del año pasado. En los primeros cinco meses de este año, solo se asistieron 141 pacientes foráneos no residentes en el sistema público de salud, que pagaron (de sus bolsillos o coberturas sociales) $50 millones. Según datos oficiales, en ese período la baja ronda el 97%.
Los precios que deben pagar los no residentes siguen el nomenclador de la obra social local, el Instituto Provincial de Salud (IPS), que van desde una consulta a $10.500 a $335.000 por un día en cama de terapia intensiva. Para tener una idea de la presión que implicaba la afluencia de pacientes de países limítrofes, entre enero y febrero de 2024 los hospitales de la zona fronteriza provincial atendieron a 3800 extranjeros.
Ahora el Ministerio de Salud salteño elaboró un comparativo con los volúmenes de no residentes asistidos entre enero y mayo de este año y en el mismo período de los dos anteriores. El resultado es una baja del 42,86% en el Hospital de Tartagal, del 55,26% en el Materno Infantil de la capital provincial, del 95,45% en el Profesor Salvador Mazza y de casi el 90% en el de San Ramón de la Nueva Orán. “Esta drástica reducción en la demanda por parte de pacientes no residentes impactó positivamente en la operatividad de los centros de salud”, señalaron desde la cartera sanitaria.
Federico Mangione, ministro de Salud, señaló que en los primeros cinco meses del año se registró el ingreso “de solamente de 141 extranjeros a los hospitales públicos de la provincia, lo que significó un recupero de costos superior a los $50 millones. Esta cifra representa un ahorro sustancial que puede ser redirigido para fortalecer aún más el sistema sanitario y mejorar la calidad de las prestaciones”.
Subrayó que la reglamentación del cobro a no residentes fue una “decisión estratégica y responsable. No solo permitió aliviar la carga económica sobre nuestro sistema de salud, sino que también nos brindó la posibilidad de reinvertir esos fondos en mejoras directas para nuestros hospitales y centros de salud, como la reciente compra de ambulancias”.
“Además, la notable disminución en la afluencia de pacientes no residentes –agregó– se traduce en una mayor disponibilidad de turnos y una mejor atención para todos los salteños. Nuestro compromiso es con la salud pública de la provincia, y esta medida nos acerca a ese objetivo».
En el período computado, la mayor cantidad de ciudadanos extranjeros atendidos se dio en el Hospital de Cafayate, con 31 personas y una facturación de $446.500 por diversas prestaciones. En este caso, no es una institución de frontera, sino que se trata de una de las zonas más turísticas de Salta.
Ya en áreas limítrofes, en el Hospital Orán se asistió a 14 pacientes extranjeros, que pagaron $14.018.814,36; en el de San Antonio de los Cobres, 18 atenciones generaron un ingreso de $793.279,05; en el de Salvador Mazza, con 25 no residentes se recuperaron $392.300, y en Rosario de la Frontera, 17 personas extranjeras abonaron $462.431,89.
En el hospital Güemes hubo un solo paciente no residente al que se le facturaron $10.398.271,17; en el Hospital de Tartagal, 10 atenciones por $4.697.000; en el Materno Infantil, cinco, por $4.239.179,99; y en el San Bernardo, otro cinco, por $4.919.065,49.
El reporte señala que por los hospitales de Santa Victoria Oeste, Iruya, Aguaray, Embarcación, Morillo, Mosconi y Pichanal directamente no pasaron no residentes, “lo que indica una focalización en puntos estratégicos y de mayor afluencia de visitantes”.
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