En una audiencia flexible y multipropósito fijada por la Oficina de Gestión Judicial de Metán (OfiJu) en el marco del plan piloto de oralidad, el juez de Garantías de ese distrito, Mario Teseyra, escuchó a las partes y ordenó dictar la prisión preventiva de un hombre de 46 años.

Fue detenido y acusado como presunto autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal (tres hechos), homicidio doblemente calificado por haber mantenido una relación de pareja en grado de tentativa, amenazas con arma reiteradas y desobediencia judicial.

Mantuvieron una relación sentimental durante 26 años, y fruto de la misma nacieron tres hijos, dos de ellos mayores de edad y uno aún menor. La víctima contó al momento de radicar la denuncia que durante esos años en los que vivieron juntos fue víctima de violencia, y agregó que le pide al acusado la separación y él se la niega.

Explicó también que le impedía trabajar, y cuando lo hacía la amenazaba y en algunas ocasiones la golpeaba, pero no radicaba la denuncia porque le tenía miedo. En otras oportunidades en las que sí lo denunció estuvo detenido y cuando lo liberaban, a pesar de tener medidas de restricción seguía concurriendo al domicilio. Agregó que la obligaba a mantener relaciones sexuales con él, y que en enero intentó ahorcarla, y que la amenazó a ella y a sus hijos.

El 19 de abril radicó la denuncia cuando él se hizo presente en el domicilio de su madre y comenzó a amenazarla. Cuando intentó ingresar a la casa, su sobrina llamó a la policía y cuando los oficiales llegaron él se retiró, pero momentos después volvió con un machete para amenazarla nuevamente, por lo que solicitaron presencia policial, que lo detuvo y le secuestró el arma.

El juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Metán, Sebastián Fucho, condenó a un hombre de 34 años por ser autor del delito de abandono de persona, y le impuso la pena de tres años de prisión de ejecución condicional.

El hombre tendrá prohibido de manera absoluta ejercer cualquier acto de violencia por cualquier medio contra los denunciantes y su grupo familiar. En el mismo fallo, otro hombre de 28 años que había sido acusado por el mismo hecho fue absuelto lisa y llanamente.

El denunciante contó que la madre de su hijo de 16 años había autorizado al menor a asistir a una fiesta de cumpleaños en un domicilio particular. Tenía permiso hasta las 2 de la mañana, pero cuando se cumplieron las 7 y el menor no volvía, el hombre fue a la casa donde se había realizado la fiesta y allí encontró a su hijo durmiendo en una cama.

Intentó despertarlo pero no reaccionaba por lo que llamó al Sistema de Emergencias 911 y una ambulancia trasladó al menor al hospital local. Allí fue internado en terapia intensiva y la neuróloga que lo atendió le explicó que a su hijo le habrían dado o habría ingerido alguna sustancia desconocida.

Decidió trasladarlo a la Ciudad de Salta, donde le diagnosticaron “coma farmacológico, estado de shock con complicaciones de hígado, pulmones y daño en la cabeza”.

El acusado era la persona adulta responsable en la fiesta.

La noche del 22 de abril pasado la denunciante se encontraba en el instituto donde estudia enfermería, en Rosario de la Frontera, y cuando salió fue con dos amigas a comer. La joven contó que recibía llamadas de su expareja y decidió no atenderlo.

Se fue a su casa en el barrio 40 viviendas, donde continuaba recibiendo las llamadas del joven. Cansada de la situación lo atendió y le dijo que deje de molestarla. Unos minutos después él se hizo presente en su domicilio y la invitó a dormir con él en su propia casa. Ella accedió, y se fueron juntos. Allí durmieron, pero la denunciante le aclaró que ya no iban a retomar la relación.

La noche siguiente él recibió un mensaje de otra mujer por Instagram, ella le garró el celular y lo leyó. Comenzaron a discutir, él se puso violento y comenzó a pegarle. La mujer le pidió que la lleve al hospital pero se negó a hacerlo diciéndole que recién al día siguiente irían, para que no se le noten tanto los moretones.

Entonces, la víctima pasó una noche más en la casa del acusado, aunque esta vez había sido obligada. A la mañana siguiente, él la dejó sola para ir a buscar hielo para ponerle en la cara, y ella aprovechó para mandarle un mensaje a su prima pidiéndole que la vaya a buscar. Esa noche, cerca de las 11, su tía y una amiga fueron a buscarla, pero mientras hablaba con ellas, no pudo contarles nada de lo sucedido ya que él estaba escuchando. Les prometió que volvería a su casa al día siguiente.

Para finalizar su denuncia, la mujer contó que el joven es una persona muy agresiva y que no lo había denunciado con anterioridad ya que la amenazaba con un arma de fuego.

A esa denuncia se acumuló otra radicada por un joven en su contra por el delito de abuso de armas.

En una audiencia flexible y multipropósito fijada por la Oficina de Gestión Judicial de Metán (OfiJu) en el marco del plan piloto de oralidad el juez de Garantías de ese distrito, Mario Dilascio, lo condenó luego que las partes llegaran a un acuerdo de juicio abreviado.

El joven cumplirá la pena de un año de prisión de ejecución condicional por ser autor de los delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo y el género y amenazas en concurso real y abuso de armas. No podrá comunicarse con los denunciantes por ningún medio, ni podrá concurrir a los lugares donde ellos se encuentren, bajo apercibimiento de dejarse sin efecto la modalidad condicional de la pena impuesta.

El juez ordenó dejar sin efecto la suspensión del juicio a prueba que le había sido concedida en la causa acumulada.