El pedido efectuado por el gobernador Gustavo Sáenz a la clase política para conformar un nuevo fondo solidario a partir de la donación de sus sueldos al Estado, generó repercusiones diversas y al parecer no tuvo la adhesión esperada, pese al crítico momento que se vive y a las expectativas de la sociedad que viene exigiendo muestras de solidaridad y renunciamiento.
En su último mensaje a la comunidad, Sáenz anunció la creación de un nuevo fondo para ayudar al sector privado, en especial a la gastronomía y el comercio. Anticipó que donará su salario de septiembre e instó a hacer lo mismo con parte de los sueldos de planta política, legisladores y al Poder Judicial.
No obstante y sin perjuicio de una convocatoria voluntaria, el mandatario anticipó también que enviará un proyecto de ley a la Legislatura para que los diputados y senadores sean los que determinen el monto de los salarios para la donación a un fondo mientras dure la emergencia por la pandemia.
En el andamiaje de los municipios, los primeros que levantaron el guante fueron los intendentes de La Merced y La Caldera. Javier Wayar donó la totalidad de su sueldo para la compra de tubos de oxígeno. La donación quedó firme ayer mediante una resolución para que la Secretaría de Hacienda de La Merced efectivice el descuento de sus haberes correspondiente al mes de septiembre y dijo que también lo hará el mes que viene.
Por su parte Diego Sumbay, de La Caldera, informó a través de sus cuentas en redes sociales que «acompañando a la decisión del Gobierno provincial decidí donar el 50% de mi sueldo correspondiente al mes de septiembre. Para ayudar a paliar la crisis que estamos afrontando por la pandemia. Les pido responsabilidad, y que tomemos conciencia de la situación».
En este abanico de opiniones entre los intendentes, muchos recordaron el apoyo incondicional que el gobernador Sáenz recibió hace unos días por parte de los jefes comunales de las ciudades más importantes del territorio provincial y reforzaron la idea de que “En estos 6 meses se hicieron cosas que en 30 años no se hicieron en toda la provincia”.
La diferencia entre ambos es que el primero anticipó que destinará su sueldo a la compra de tubos de oxígeno, mientras que el segundo aguarda definiciones sobre la apertura de una cuenta para concretar la transferencia. En la misma actitud voluntaria de ambos jefes comunales, que adhirieron al pedido del gobernador, existe una divergencia notable: uno prefiere direccionar su donación y el otro responde al pedido de Sáenz, aunque con la mitad de su salario.
Esta discrepancia se mantuvo en las consultas de este medio. Pidiendo las reservas del caso, algunos jefes comunales expresaron que «cada intendente tiene derecho a hacer lo que sienta correcto. Donar su sueldo a un fondo solidario o direccionar la ayuda para la gente de su pueblo». Algunos dijeron que prefieren poner la plata allí y no donarla, porque no se sabe «a dónde irá a parar».
«Esta crisis la vivimos minuto a minuto. Desde las intendencias estamos tomando decisiones muy complicadas y por ahí, por favorecer a un sector, se maltrata a otros», expresaron.
En un tono más crítico, otros afirmaron que con medidas de este tipo, el gobernador adopta una «permanente actitud de víctima. No me parece bien. El gobernador es gobernador; no está para andar levantando cajas».
El Fondo Solidario COVID-19
A principios de abril de este año el gobernador Sáenz estableció montos y la modalidad en la que funcionarios públicos de primer nivel harían su aporte al Fondo Solidario COVID-19. Esta medida, encabezada por el mandatario salteño, también tuvo como finalidad fortalecer el sistema de salud con recursos económicos.
Los ministros hicieron un aporte de dos cuotas de $25.000; secretarios y subsecretarios, dos cuotas de $15.000; personal de apoyo de niveles 1 y 2, dos cuotas de $15.000; y de nivel 3, dos cuotas de $10.000.
Fuente: El Tribuno.