Los resultados de las Elecciones Legislativas Nacionales 2025 han reconfigurado drásticamente la composición de las Cámaras de Senadores y Diputados, mostrando un nuevo escenario político que obligará a intensas negociaciones para alcanzar consensos.
La Cámara Alta, compuesta por 72 bancas, presenta una configuración altamente fragmentada, con el quórum establecido en 37.
- Peronismo (Primera Minoría): Conserva la mayor cantidad de escaños con 28 bancas. Sin embargo, queda lejos de alcanzar el quórum por sí mismo, obligándolo a buscar aliados para cada votación.
- La Libertad Avanza (LLA): Consigue un bloque significativo de 18 bancas. Su crecimiento es clave, ya que se consolida como la segunda fuerza más importante en el Senado.
- PRO y UCR: El PRO obtiene 6 bancas y la UCR consigue 10 bancas. Si bien son bloques menores que en Diputados, su capacidad de alinearse con LLA o con el Peronismo será fundamental para definir mayorías.
- Otros: El bloque «Otros» suma 10 bancas, manteniendo su peso decisivo en el equilibrio de fuerzas.
El Peronismo (28) podría bloquear cualquier ley si se une a un grupo minoritario. Por su parte, el oficialismo de LLA (18) deberá tejer una alianza muy amplia, probablemente con el PRO (6), la UCR (10) y parte de «Otros» (10), sumando un mínimo de 44 bancas (18+6+10+10), para alcanzar una mayoría estable. La dinámica del Senado dependerá de los acuerdos puntuales que LLA logre cerrar con los bloques provinciales y opositores.
Por su parte, en la Cámara Baja, el cambio más significativo es el crecimiento exponencial de La Libertad Avanza (LLA). El partido, que en la «Cámara Actual» contaba con 37 bancas, proyecta alcanzar 80 bancas en la «Próxima Cámara», sumando un impresionante diferencial de 43 diputados. Este salto los convierte en la segunda fuerza más grande, casi duplicando su representación y posicionándose como un actor ineludible en cualquier discusión parlamentaria. Su desafío será transformar este crecimiento numérico en capacidad de gobernabilidad, requiriendo alianzas y negociaciones constantes.
El Peronismo logra mantener su posición como la primera minoría con 99 bancas, sin registrar cambios respecto a la Cámara actual. Si bien conservan un bloque numeroso, la cifra de 99 diputados los deja por debajo del quórum de 129, lo que significa que necesitarán de otras fuerzas para aprobar leyes cruciales. Su capacidad de negociación y articulación con bloques más pequeños será clave para su agenda legislativa.
Los partidos tradicionales de centro y centro-derecha sufren un retroceso. El PRO pasa de 35 a 24 bancas (-11), mientras que la UCR disminuye de 14 a 6 bancas (-8). Incluso, la «UCR Disidente» reduce su presencia de 12 a 3. Esta tendencia de achicamiento de los bloques tradicionales fragmenta aún más el centro del espectro político, haciendo más compleja la construcción de mayorías estables. El desdibujamiento de estas fuerzas podría favorecer la polarización o, por el contrario, obligar a una mayor flexibilidad y negociación multipartidaria.
Surgen con más fuerza «Provincias Unidas» (antes 24, ahora 8 bancas), aunque sufre una caída de 16, y «Encuentro Federal» (de 15 a 8 bancas (-7)), que también experimenta un retroceso. El bloque de «Izquierda» se mantiene relativamente estable con 4 bancas (+1). El apartado «Otros» se reduce significativamente de 40 a 25 bancas (-15), lo que sugiere una reabsorción de algunos legisladores en los bloques más grandes o la desaparición de agrupaciones menores.
El Desafío del Quórum: Un Congreso de negociación constante
El principal corolario de esta nueva configuración es la dificultad para alcanzar el quórum de 129 diputados. Ninguna fuerza política, por sí sola o incluso en alianzas directas obvias, lo logra holgadamente.
- El Peronismo (99 bancas) necesitará sumar al menos 30 diputados de otros bloques.
- La Libertad Avanza (80 bancas) requerirá de al menos 49 diputados adicionales para lograr quórum propio, lo que implica una negociación con el PRO, quizás «Encuentro Federal» y otros bloques.
Este escenario predice un Congreso mucho más fragmentado, donde la aprobación de cada ley será el resultado de arduas negociaciones, consensos y concesiones entre las diversas fuerzas políticas. La capacidad de diálogo, el pragmatismo y la habilidad para construir puentes serán habilidades esenciales para los líderes de cada bloque en esta «Próxima Cámara».