En 2019 Argentina obtuvo la certificación de estar libre de la enfermedad por parte de la Organización Mundial de la Salud. No obstante, en otros países de la región subsiste la situación endémica, por lo que se mantiene la vigilancia de posibles casos importados.
Hoy 6 de noviembre es el Día contra el Paludismo en las Américas, celebración establecida en el año 2005 por la Organización Panamericana de la Salud, con la finalidad de reconocer los esfuerzos en la concientización, prevención y el control de la enfermedad y monitorear los progresos obtenidos.
En la Argentina, desde el año 2010 no se han producido casos autóctonos de paludismo y en mayo de 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó al país como libre de la enfermedad.
Esta certificación se obtuvo luego de demostrar la interrupción local de la transmisión, que se cuenta con un sistema de vigilancia adecuado, métodos de diagnóstico precoz y tratamiento oportuno para eventuales casos importados.
Este logro nacional obedeció a un trabajo arduo de las áreas de epidemiología y laboratorios de todas las provincias y en especial de aquellas que en el pasado registraban casos endémicos, como Salta, Jujuy y Misiones.
Monitoreo permanente
Los sistemas sanitarios continúan con la vigilancia de casos importados, ya que aún hay circulación en países de África, Asia y América latina.
Los últimos casos autóctonos se registraron en Salta, en el año 2010. Luego, en el país sólo se registraron casos importados. En el cono sur americano, otros países declarados libres de paludismo son, Uruguay, Chile y Paraguay.
La historia del paludismo en la Argentina data de la época de la colonia. A principios del siglo XX se atendían alrededor de 200 mil consultas anuales por la enfermedad. Las sucesivas campañas de erradicación, con utilización de estrategias para control del mosquito vector, el Anopheles, hizo descender el número de infecciones contraídas localmente.
La OPS afirma que, en los últimos años, en algunos países de la Región de las Américas se verificó un aumento en el número de casos y muertes a causa de paludismo, “principalmente como efecto del aumento masivo de la transmisión y los brotes en zonas con problemas sociopolíticos y económicos complejos y recientemente agravados por otros problemas provocados por la pandemia de COVID-19”.
Prevención
La enfermedad, también llamada malaria, se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Los síntomas principales son fiebre, dolor de cabeza intenso y vómitos. De no tratarse con la medicación correcta, puede provocar la muerte, ya que la infección afecta órganos vitales.
El Ministerio de Salud Pública recomienda a las personas que deban viajar a zonas de riesgo, usar repelente de insectos, prendas de vestir con mangas largas y pantalones largos, para evitar la picadura del mosquito transmisor.
Las embarazadas no inmunes corren un alto riesgo de contraer la enfermedad, que puede producir retraso del crecimiento fetal, aborto y muerte materna. También son de riesgo las mujeres embarazadas e infectadas por el VIH.