En un esfuerzo por fomentar el éxito académico y proteger el bienestar emocional de los estudiantes, la Escuela de Comercio N°5003 «José Manuel Estrada» de Metán implementó un nuevo sistema de calificación. El equipo directivo, encabezado por la directora Marcela Cantolla, anunció que las notas insuficientes (1, 2, 3) ya no serán aplicadas como calificaciones definitivas en los trimestres, con el objetivo de evitar la desmotivación y los efectos negativos sobre la autoestima de los alumnos.
Este cambio se comunicó a todo el cuerpo docente, destacando que, a partir del segundo trimestre, las calificaciones que tradicionalmente condenaban a los estudiantes a rendir la materia en exámenes recuperatorios ahora serán reevaluadas para permitir que los jóvenes tengan más oportunidades de mejorar su rendimiento académico. Según la directora Cantolla, la decisión se basa en la preocupación por el impacto emocional que tienen las calificaciones extremadamente bajas en los adolescentes. «No es lo mismo darle la oportunidad de superar un 4 que un 1. Un estudiante calificado con un 1 está prácticamente sentenciado a rendir la materia antes de tiempo, y eso no solo desmotiva, sino que afecta profundamente su autoestima», explicó Cantolla en una entrevista exclusiva con Salta Sur.
Esta decisión surge como respuesta a la creciente preocupación por las dificultades que atraviesan muchos adolescentes, quienes, según señaló la directora, enfrentan complejas situaciones personales y sociales. «Hoy los chicos están pasando por problemáticas que muchas veces desconocemos, ya sean familiares, sociales o propias de la adolescencia. No podemos saber por lo que están atravesando, pero queremos brindarles el apoyo necesario para que no se sientan derrotados», afirmó Cantolla.
El nuevo lineamiento también responde a la necesidad de repensar la evaluación desde una perspectiva formativa, en la cual los resultados obtenidos por los estudiantes sean utilizados no solo para medir su desempeño, sino como insumo para que los docentes revisen sus propias prácticas pedagógicas. “Cuando evaluamos, debemos preguntarnos también qué hemos hecho nosotros para evitar esa nota baja. ¿Qué estrategias de enseñanza utilizamos? ¿Fueron variadas? ¿Tomamos en cuenta la diversidad en el aula?”, puntualizó la directora.
Una decisión que genera debate entre los docentes
Si bien la mayoría del cuerpo docente respaldó la iniciativa, algunas voces expresaron su descontento. La directora reconoció que, como en toda medida novedosa, hubo cierta resistencia. «No todos están de acuerdo, pero creemos que es necesario adaptarnos a la realidad actual de nuestros estudiantes. Hoy en día, los adolescentes no son tan fuertes emocionalmente como en generaciones anteriores. La situación que enfrentan es distinta, y nosotros como educadores debemos acompañarlos», argumentó.
En ese sentido, se les solicitó a aquellos docentes que no se ajustaron al nuevo sistema que revisen sus planillas y las entreguen con las correcciones pertinentes. De no hacerlo, deberán presentar un informe justificado con un marco teórico pedagógico actual, que respalde su decisión de no aplicar el nuevo criterio, dejando de lado creencias o experiencias personales que hayan marcado su trayectoria educativa.
Impacto en los estudiantes y el aprendizaje
Uno de los puntos centrales de la nueva medida es que los estudiantes no vean en sus libretas calificaciones extremadamente bajas que los condenen a rendir recuperatorios prematuramente. Según el equipo directivo, una nota como 1 o 2 transmite un mensaje de fracaso definitivo, lo que puede llevar al desánimo total. “Un alumno que ve un 1 o un 2 en su libreta, prácticamente siente que ya está perdido, que no va a poder alcanzar el 6 que necesita para aprobar. Eso los desmotiva por completo, y abandonan el esfuerzo. En cambio, si ven un 4, sienten que están más cerca y es posible que se esfuercen más por mejorar”, explicó Cantolla.
Este enfoque no solo busca mejorar el rendimiento académico, sino también ofrecer un respaldo emocional a los estudiantes. «Nuestra tarea no es solo educar en lo académico, sino acompañar emocionalmente a los chicos en un momento difícil. Queremos evitar que se sientan derrotados antes de tiempo, porque eso afecta no solo su desempeño en la escuela, sino también su autoestima y su futuro», concluyó la directora.
Un cambio pedagógico con visión de futuro
Este nuevo lineamiento en la Escuela de Comercio N°5003 es parte de un enfoque más amplio de la institución hacia la educación integral y la inclusión. Al proporcionar a los estudiantes más oportunidades para mejorar sus calificaciones y mantener su motivación, la escuela busca no solo formar académicamente a los jóvenes, sino también ofrecerles herramientas para enfrentar los desafíos emocionales y sociales que atraviesan.
La decisión marca un antes y un después en la manera en que se concibe la evaluación escolar en la institución, y sienta un precedente importante para otras escuelas que buscan adaptar sus estrategias pedagógicas a las realidades actuales de los adolescentes.
Con este enfoque, la Escuela de Comercio N°5003 se posiciona a la vanguardia de la innovación educativa en el sur de Salta, respondiendo a los desafíos de un contexto social cada vez más complejo para los jóvenes estudiantes.