Dora Carmen Naranjo, vecina del barrio Nuevo Hogar en la ciudad de Metán, enfrenta una difícil situación luego de que le amputaran la pierna derecha, consecuencia de una infección que no pudo ser controlada. La enfermedad comenzó en julio de 2023, cuando fue internada por una grave infección en su pie derecho. A pesar de los esfuerzos médicos por tratarla, la situación empeoró, y el doctor Pedro Samsón le advirtió que, si no se amputaba la pierna, la infección podría propagarse y poner en riesgo su vida.
«Me dijeron que la infección era muy grave, que si no me amputaban la pierna, iba a morir», relató Dora.
Desde ese momento, comenzó un largo proceso para conseguir la prótesis ortopédica que le permita recuperar su movilidad. En marzo del año pasado, su hijo presentó la documentación en la Dirección de Salud a cargo de Carlos Caminos, solicitando la ayuda de la municipalidad para la adquisición de la prótesis. «Desde ahí me dijeron que me iban a llamar, pero hasta ahora no he recibido ninguna respuesta», comentó angustiada.
Dora Carmen había estado cobrando una pensión no contributiva, pero en 2025, cuando cumplió 60 años, solicitó su jubilación en ANSES. Tras presentar todos los papeles, la respuesta fue que la jubilación se le otorgaría en diciembre, aunque llegó en noviembre. Sin embargo, parte de los ingresos que percibe se destinan a los descuentos de la obra social, algo que desconoce, ya que renunció a OSPRERA, la obra social del padre de su hijo, y no sabe qué entidad está cubriendo sus necesidades ahora.
A pesar de recibir una jubilación de $250.000, destacó que el dinero no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas. «No me alcanza. Vivo sola y tengo una boleta de luz de $100.000. Además, debo pagar el gas, comprar los remedios y, por supuesto, alimentarme. Sin embargo, tengo que cuidar mucho lo que como porque no puedo engordar, ya que cuando me pongan la prótesis, necesito estar en el peso adecuado para poder caminar», comentó.
Su casa, aunque humilde, está limpia y ordenada, y Dora se las arregla para realizar las tareas cotidianas con esfuerzo.
«Siempre me doy maña para barrer, limpiar. Yo andaba con la silla de ruedas primero, después con el andador, y ahora ya aprendí a mantener el equilibrio con mi pierna izquierda. Puedo pararme un buen rato en una sola pierna», relató orgullosa.
Sin embargo, el principal desafío sigue siendo la prótesis ortopédica, que tiene un costo aproximado de $1.200.000. «Ya me cansé de andar con el andador, pero no tengo dinero para comprar la prótesis. Es imposible seguir así», señaló, con una mezcla de cansancio y esperanza.
A pesar de todo, Dora Carmen Naranjo se siente acompañada por la solidaridad de sus vecinas. «Tengo unas vecinas muy buenas, Lidia Argañaráz y Juanita Maidana, quienes están siempre al lado mío. Son un amor, me ayudan mucho», expresó agradecida. Además, mantiene su fe en momentos de adversidad. Aunque no pudo estar presente en la procesión de San José, el patrono de Metán, le prometió al santo su devoción.
«Le hice una promesa a San José. Ese día le recé y le prendí velas, aunque no lo tenía. Él sabe», contó.
«Me gusta ir a la iglesia y a las procesiones, como el 8 de diciembre a la Virgen del Valle. Pero ya no puedo ir con el andador, es imposible», lamentó. A pesar de las dificultades, Dora mantiene la esperanza de que, con el apoyo de la comunidad, pueda conseguir la prótesis que le devuelva la posibilidad de caminar.
Para quienes deseen ayudarla o contactarla, el número de teléfono es el 3876-582113.