La salud mental es un pilar fundamental para el bienestar de las personas y las comunidades. Sin embargo, en los últimos tiempos, esta se ha visto afectada por múltiples factores que van desde problemas económicos hasta la falta de redes de contención. En Metán, esta problemática se hizo evidente con un aumento alarmante en los casos de suicidio e intentos de suicidio.
Diego Lamas, pastor de la Iglesia Cristiano Evangélica en Metán, compartió su visión sobre esta crisis, señalando que la situación requiere una atención urgente y coordinada. «Es una crisis que está pasando nuestra sociedad y no podemos mirar hacia otro lado. Esto afecta a todo el mundo», afirmó Lama.
El pastor relató que en septiembre llevaron a cabo un programa denominado “Invasión del amor de Dios”, en el que recolectaron pedidos de oración durante visitas a distintos hogares. El resultado fue revelador: más del 45% de las solicitudes estaban relacionadas con problemas de ataques de pánico, nerviosismo y aislamiento. «Nos encontramos con personas que no salían de sus casas desde hacía meses», comentó Lamas, quien destacó la dificultad de llegar especialmente a los jóvenes.
La juventud, en el centro de la problemática
Lamas explicó que los jóvenes enfrentan desafíos particulares en cuanto a salud mental. “Muchos sienten que nadie los quiere, que nadie puede resolver sus problemas, y eso los lleva a aceptar una situación de desesperanza. Cuando aceptás algo como tu realidad, es muy difícil revertirlo”, señaló.
El pastor también subrayó la importancia de la familia y la sociedad en la lucha contra esta problemática, cuestionando la falta de preparación cultural para enfrentar los desánimos y las adversidades emocionales. «Esto es una guerra; si no estás fuerte, no podés salir adelante», enfatizó.
Para Lama, las iglesias tienen un papel fundamental en abordar el tema de la salud mental. “No podemos ignorar esta problemática; debemos confrontarla, afrontarla y hablar directamente sobre ella. Durante años, ciertos temas no se tocaban en las congregaciones por tradición, y eso solo agravó los problemas”, sostuvo.
El pastor abogó por una atención sostenida y constante. «No se trata de hacer algo puntual una vez al año; la contención debe ser permanente. Si no estamos preparados todo el tiempo, la gente buscará alternativas que muchas veces no son saludables», afirmó.
Asimismo, resaltó la importancia de brindar esperanza y propósito a las personas. «Si alguien no tiene una meta en la vida, se pierde en el camino. Hay que estimular la fortaleza mental, la conexión espiritual y los valores positivos que permitan a las personas avanzar», añadió.
Un problema que trasciende lo individual
Lamas también vinculó la crisis de salud mental con un creciente individualismo en la sociedad, el cual, según él, está siendo fomentado por ciertas dinámicas culturales y políticas. “Hemos visto cómo el individualismo ha afectado a las personas, especialmente en tiempos de crisis. En Metán, en solo 50 días, cinco personas se quitaron la vida, y nadie dice nada. Es urgente un enfoque colectivo que fomente la empatía y la solidaridad”, expresó.
El pastor instó a todos los sectores, desde las familias hasta las instituciones públicas y privadas, a trabajar en conjunto para abordar esta problemática. «Tenemos que estar atentos a las señales, hablar del tema y crear redes de apoyo. Si ignoramos lo que está pasando, las consecuencias serán aún más graves», concluyó.