Autoridades médicas del hospital local alertaron sobre un incremento exponencial de infecciones respiratorias en niños, en el marco de un brote que compromete de manera severa la salud de los pacientes pediátricos. El jefe del Servicio de Pediatría, Dr. Ernesto Gómez Rojas, informó que se observa un aumento significativo en la cantidad de consultas y en la gravedad de los cuadros clínicos, con internaciones prolongadas en unidades de cuidados intensivos e intermedios.
“Estamos en presencia de un brote que se está expandiendo rápidamente, con una carga viral alta y consecuencias clínicas de consideración. Los dos virus predominantes que estamos detectando son el virus sincicial respiratorio (VSR) y el virus Influenza tipo A”, explicó el Dr. Gómez Rojas, quien recientemente participó de un curso de actualización médica dictado por profesionales del Hospital Garrahan, orientado a generar mecanismos de alerta temprana ante este tipo de situaciones.
“El virus sincicial respiratorio es estacional y lo vemos cada año, pero esta vez se presenta con una virulencia mucho más marcada, es decir, más agresivo en su manifestación clínica. Afecta principalmente a los extremos etarios: niños pequeños y adultos mayores”, indicó el pediatra. En cuanto al virus Influenza A, el especialista destacó que se trata de un patógeno de aparición cíclica, con brotes cada 10 a 15 años. “Estamos en uno de esos ciclos. El virus ha vuelto a circular con fuerza”, afirmó.
Los cuadros clínicos que se presentan con mayor frecuencia incluyen fiebre elevada, cefalea intensa, mialgias, odinofagia, vómitos, diarrea y, en casos graves, dificultad respiratoria progresiva. En lactantes y niños pequeños, la fiebre y la deshidratación avanzan rápidamente, lo que aumenta el riesgo de complicaciones.
El rol del adulto como vector y la necesidad de no automedicar
El doctor Gómez Rojas remarcó que los adultos pueden actuar como portadores asintomáticos. “Muchos adultos tienen el virus en su organismo sin manifestar síntomas, pero pueden transmitirlo fácilmente a los niños. Esto hace que la diseminación en el entorno familiar sea casi inevitable si no se extreman las medidas de prevención”, advirtió.
En este contexto, reiteró que no debe recurrirse a la automedicación: “Los virus no se tratan con antibióticos. El tratamiento es sintomático. Automedicar puede agravar la situación o generar efectos adversos. Las decisiones terapéuticas deben ser tomadas exclusivamente por médicos habilitados”.
El profesional sostuvo que la fiebre, en sí misma, no representa una urgencia médica, salvo en determinadas circunstancias: “Un niño menor de tres meses con fiebre debe ser evaluado de inmediato en guardia. También aquellos menores de un año o los que tienen antecedentes de convulsiones febriles entre los 5 meses y los 5 años”, explicó.
El Dr. Gómez Rojas pidió a los padres que observen con atención otros síntomas asociados, tales como:
- Retracciones intercostales o supraesternales al respirar.
- Respiración agitada o con esfuerzo.
- Decaimiento marcado.
- Presencia de lesiones cutáneas como petequias que no desaparecen con la digitopresión.
- Diarrea con sangre, moco o pus.
“Los padres son nuestros ojos en casa. Cuando van a la guardia y dicen que el niño tiene fiebre, es fundamental que describan si además está agitado, si respira con dificultad, si tiene otros síntomas. Eso nos permite tomar decisiones rápidas y adecuadas”, explicó el jefe del servicio.
Situación hospitalaria y medidas de contención
A la fecha, el hospital del Carmen no ha colapsado, pero ya se han registrado derivaciones rechazadas por falta de camas en el Hospital Materno Infantil de la capital salteña. “Derivamos recientemente un caso grave, que fue rechazado por falta de disponibilidad. Gracias a que contamos con un respirador tipo CAFO, pudimos mantener al paciente estabilizado aquí, pero el equipo es uno solo. No podemos afrontar una ola sin la colaboración de la comunidad”, señaló.
Frente a este escenario, se dispuso emitir certificados médicos de reposo escolar con una duración de entre 7 y 15 días según cada caso, conforme a la Ley Provincial N° 7.546. “Los establecimientos educativos están obligados por ley a garantizar la continuidad pedagógica de los alumnos en reposo médico. Estamos en contacto con la Subsecretaría de Gestión Educativa para que se cumpla esta disposición”, aseguró.
El Dr. Gómez Rojas concluyó haciendo un llamado a la responsabilidad social: “No estamos colapsados, pero la situación es delicada. La comunidad debe evitar el pánico, pero actuar con sentido común. No se debe recurrir a consejos de personas no habilitadas para tratar a un niño. La fiebre sola no es un indicador de urgencia, salvo en los casos específicos que detallamos. El foco debe estar puesto en la mecánica respiratoria del niño, en su estado general, y ante cualquier duda, consultar a profesionales”.
La situación epidemiológica actual exige vigilancia permanente, cuidado en los hogares, y la plena confianza en los profesionales de salud. Las infecciones virales no se curan con recetas caseras, sino con atención médica oportuna, seguimiento clínico y prevención.