Durante la época colonial, Salta experimentó una significativa construcción de viviendas, particularmente después de convertirse en capital de la Intendencia en 1776. Entre las edificaciones que aún se conservan, se recomienda explorar el Museo Rengel, que data de mediados del siglo XVIII. Este edificio es un ejemplo fascinante, con un primer patio destinado a los carruajes y una fachada que integra el acceso principal al centro con dos bloques de habitaciones dispuestos en dos niveles.

Hasta 2008, este edificio albergó el Museo Provincial de Bellas Artes, y aún conserva algunas de sus colecciones. Justo al lado, en la intersección de Florida y Caseros, se encuentra la Casa Museo Leguizamón, una construcción de principios del siglo XIX, de dos plantas, con una entrada en la esquina destinada a comercio en la planta baja. En el piso superior, se encuentra el área residencial, destacándose especialmente por conservar parte del elegante mobiliario original del salón y el comedor, comenta el arquitecto experto en patrimonio arquitectónico del NOA.

Cachi, en los Valles Calchaquíes

Si se opta por recorrer los Valles Calchaquíes en coche desde Salta, se tendrá la oportunidad de disfrutar de vistas impresionantes al subir la cuesta del Obispo y atravesar la famosa recta de Tin tin. El primer pueblo que se encontrará será Cachi, cuyo templo presenta una fachada sencilla de estilo neocolonial, mientras que en su interior se destaca una nave estrecha y alargada que culmina con un retablo blanco de mampostería.

Dos grandes muros de piedra sostienen arcos de mampostería, sobre los cuales se asienta una estructura de madera de cardón. Frente a la iglesia, hay una plaza estrecha de estilo colonial, mientras que al lado se encuentra otra plaza ajardinada típica del siglo XIX.

Seclantás, por la ruta 40

Al continuar por el valle en dirección sur, resulta interesante cruzar el río Calchaquí para explorar el pueblo de Seclantás, destacando especialmente su iglesia, que presenta notables contrastes. La fachada, datada en 1835, posee dos torres y cúpulas de gran elegancia, mientras que en su interior se combinan vigas trabajadas de manera rústica por los carpinteros con una decoración refinada en los frisos de las paredes laterales y en el retablo.

Nolasco, en Molinos

Es recomendable hacer una parada y, tal vez, pasar la noche en la magnífica Hacienda de Isasmendi en Molinos, antigua residencia de Nicolás Severo de Isasmendi, quien fuera el último gobernador realista de Salta. Hoy en día, esta propiedad funciona como un alojamiento de excelencia. Las estancias están dispuestas en torno a un amplio patio con columnas en uno de sus costados, cuya entrada está justo frente a la de la Iglesia de San Pedro Nolasco de los Molinos, una de las construcciones más representativas del siglo XVIII en los Valles.

La fachada, que presenta un arco de entrada con dos torres, cúpulas y pequeñas cupulitas en las esquinas, tiene influencias del estilo cuzqueño, perfectamente reproducidas en Seclantás. En el interior, se encuentra una espaciosa nave con dos capillas laterales; en una de ellas se guarda el cuerpo momificado de Nicolás de Isasmendi.

Pueblo de San Carlos

El quinto destino es una localidad de angostas calles que da la sensación de haber quedado estancada en el pasado. El trayecto desde Molinos hasta San Carlos es un recorrido en condiciones rudimentarias. Actualmente, para llegar a San Carlos desde Salta, se opta por el camino que pasa por Cafayate, atravesando la quebrada del Río Las Conchas.